Semana Negra II
Estoy en la Semana Negra todo el día.
Cuando llegan estas “fechas señaladas” hago lo imposible por pasar todo el tiempo que pueda aquí.
Para mí es la mejor fiesta del año. Deja atrás con diferencia cualquier otro evento de celebración; Navidad, Feria del Libro, Semana Grande, Carnaval, San Juan, saturnales, cumpleaños, da igual. Nada me atrae tanto como ésta locura de “romería del género negro”.
De hecho, por mí el mundo se puede parar durante estos 10 días. Y aunque no lo haga, me va a dar igual. Yo estaré aquí, sorteando cientos de personas para llegar a los libros y cientos de libros para llegar a los chiringuitos, mientras huelo a panpizza, parrilladas, tortos y pulpo. Negociando espacios en los que recalar a escuchar presentaciones y coloquios; contando el dinero que me queda para gastar. Afinando el oído para distinguir las palabras formadas de intriga, drama, amor y aventura de los gritos excitados y plenos que llegan desde las atracciones de feria, desde los bares, desde los encuentros fortuitos o esperados.
Me dejo llevar por su vorágine, agotando las horas cada día; contento de fingir que no se acabará, que queda un día más. Templo el ánimo cuando me veo superado por la cantidad de actos coincidentes a los que quiero asistir y termino dando vueltas sobre mí mismo con el programa entre las manos; momentos en los que maldigo – siempre con cariño- el desatino de la organización por no consultarme. Y como se me ha ocurrido la genial idea de llevar encima grabadora y cámara para capturar ese ambiente efímero, las horas se me quedan pequeñas.
Al llegar, de forma rutinaria, me acerco a la Carpa del Encuentro a por el “Aquemarropa”, el diario de la “Negra”. Me pido algo de beber y me siento a leer y programar la jornada.
Las ganas de “semaneo” me hacen estar allí antes de que terminen de prepararse del todo. Me muevo de puntillas, no queriendo importunar al “animal”. Le queda un largo e intenso día por delante, así que dejemos que se desperece a su ritmo:
Con todo ya rodando, hago un repaso a los puntos en los que hice grabaciones durante el montaje, como referencia de la evolución del ambiente. En su momento y con la Semana Negra ya terminada, trataré de hacer una exposición más detallada de los cambios que se producen de principio a fín. Por el momento, éste paseo desde el punto de grabación exterior a puerta cerrada de la calle Palafox, pasando por la zona de la Noria y saliendo del recinto por el extremo de las atracciones os puede dar una idea:
